jueves, 31 de marzo de 2011

Cine sonoro

    Si bien en 1934 se hicieron algunos intentos de sonido con la película La Venus de Nácar, no sería hasta 1938 con el estreno del cortometraje Taboga que se puede hablar verdaderamente de cine sonoro en Venezuela. Igualmente se rueda el primer largometraje sonoro en el país: El Rompimiento, de A.M. Gómez.
A finales de la década de los treinta, Rómulo Gallegos crea los Estudios Ávila en la ciudad de Caracas, y a principios de los años 40, Guillermo Villegas Blanco constituye formalmente la empresa Bolívar Films, la cual comienza a realizar alianzas estratégicas con el mexicano Rodolfo Espino y el argentino Lino Veluvirretti, para producir largometrajes dentro de un esquema industrial. Tal vez su película más conocida La Balandra Isabel llegó esta tarde, de Carlos Hugo Christensen, llegó a ganar el premio a mejor fotografía en la cuarta edición del Festival Internacional de Cine de Cannes en el año 1951.
En el año 1959, la película documental Araya de Margot Benacerraf logra el Premio de la Crítica en el Festival de Cannes (compartido con Hiroshima, Mon Amour de Alain Resnais), el mayor reconocimiento obtenido por una película venezolana hasta el momento. La misma Benacerraf sería nombrada directora de la Cinemateca Nacional de Venezuela en 1966.

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